Hace
unos días estuvimos hablando sobre la importancia de entrar a ellos, pero esta
vez veremos qué es lo que piden.
Dividiré
la entrada en dos partes, así que no se pierdan la segunda.
Sin
más que decir, comencemos.
Plataformas de consulta.
Lo
primero que deben hacer es buscar concursos en línea y ver cuál es el que más
se apega al género que escriben. Muchos escritores optan por intentar nuevo,
pero si están empezando lo mejor es centrarse a su tema y conseguir suficiente
experiencia en los certámenes.
Los
concursos están divididos por fechas, un método que les ayudara a saber si
todavía tienen tiempo de entrar o si mejor buscan algo más.
De
igual forma, debajo del nombre del concurso está el tipo de narración que se
requiere (poesía, relato, cuento, novela, etc.) el género (ficción, no ficción,
etc.), el premio por el cual se va a competir (publicación, metálico, colaboración)
y si hay alguna restricción de edad.
Ya elegí el concurso, ¿ahora qué?
Corrección y registro.
Bien,
cuando ya tengan un concurso en la mira van a tener que preparar su manuscrito
para la contienda, y para esto van a necesitar dos cosas: corrección final y
registro.
No
podemos ponerle punto final a la obra hasta que esta no haya pasado por la
última revisión y corrección orto tipográfica. En serio es muy importante,
sobre todo porque ya nos estamos dando a conocer como escritores y, no queremos
que nos recuerden como los que no sabían en donde iba la b y la v, ¿O sí?
Ya
listo este punto, tocara el turno de ir a la oficina de registro de autor y
proteger la obra. Muchos escritores alegan que este paso no es obligatorio,
pero me ha tocado conversar con compañeros que, tras haber mandado sus
manuscritos a un concurso, se toparon con la sorpresa de estos iban a ser
publicados y ¡por personas que ni siquiera conocían! Así que, depende de ustedes si quieren cuidar
su trabajo o no.
Cuando
ya tengan el escrito listo, tocara que lean con mucho cuidado las bases de
este. Y créanme que mucho cuidado es poco.
He
platicado con escritores que, si bien tenían un manuscrito impecable y ya lo
habían registrado en derechos de autor para mandar a un concurso, no pusieron
atención a las bases y por detalles mínimos su obra quedo descartada (yo).
En
la segunda parte de esta entrada, veremos qué clase de detalles se nos pueden
pasar.
Nos
vemos.
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