Bien, antes que otra cosa déjenme decirles que esta saga es larga, muy larga. Desde mi particular punto de vista, todos los libros tienen situaciones en las cuales se parecen, sin embargo, el problema principal dentro del que gira la trama (de cada uno) es muy diferente al de los otros. Comparten datos, pero la esencia queda como propia.

Ahora, en cuanto al leguaje que emplea la autora, este es fácil de comprender para cualquiera que hable español, incluso si no están familiarizados con algunos términos de España. Las historias son dinámicas y no se alargan demasiado, lo que hace que el lector no se aburra (un punto a favor por eso).

Todos y cada uno de los personajes poseen su carga de problemas, y con ello, los dota de personalidad; un factor que ayuda al ritmo de la historia y que definitivamente provoca que el lector se identifique con las situaciones que viven. Moruena Estríngana supo darles el suficiente tiempo a cada una de las historias, además de entrelazarlas, a modo de que los nueve libros podrían hacer uno solo (uno muy grande).

Como opinión personal, los tomos (y las situaciones) que más me gustaron fueron: el primero, el séptimo y el último.